"Amo
las letras que forman palabras y entre ellas tu nombre; tu nombre que no
debo repetir. Grito tu nombre en la soledad de mi cuarto, en la orilla
del mar, en lo alto de la montaña, en lugares que nadie pueda escuchar.
Tu nombre es un secreto, que debo respetar, ya que no me corresponde
conocerte y estar enamorado de vos; con la locura que es el amor y la
pasión. Mis labios sellados no deben hablar,
salvo en el silencio de la noche, cuando la luna no está, sólo el
lucero, que no sabe escuchar, hasta él llegarán mis gritos de un
enamorado total, mientras las estrellas cerrarán ojos y oídos, para no
verme y escucharme llorar. Vida triste del enamorado de la mujer que no
debió enamorar, no puedo dejar de mirarte, por las calles, y contener
mis manos, mis labios, mi boca, que tu nombre quiero gritar. Cómo vivir
con el suplicio, de amar como te amo, callar como callo y dejarte pasar a
mi lado sin siquiera mirarte por miedo a mis ojos que nos puede
delatar. Amo las letras que forman palabras y palabras que son
oraciones, que forman poemas. Poemas dictados por el corazón; que guardo
en mi mente para no repetirlo, que duermen en mi ser. Amordazados
esperan despiertos la ocasión de dedicártelos a ti; mi tiempo se acaba.
Son hermosos poemas, de un enamorado que ama las letras y con ellas
forma tu nombre que huele a rosas, a labios ardientes, que no puede
besar. ¿ Dime tu, amada mía, que debo hacer ?"
Mario Beer-Sheva
Mario Beer-Sheva
ámeme con locura, con cuerpo y alma hasta que la luna reviente de amor y las estrellas iluminen con sus risas de enamoradas todo el universo.
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