Cuántos recuerdos de cosas que un día me deleitaron:
aquel carrito con ruedas, el trompo que daba vueltas, las canicas,
La rayuela dando saltos.

Con ellas me divertí, las horas se me pasaban;
era payaso, era cura o el mismísimo diablo.

Imposibles no existían, imaginación sobraba
Como el agua de una fuente, todo era sencillo y claro

Cuántos recuerdos lejanos que no serán olvidados.
Cuántos recuerdos de cosas que de niño tanto ame

Hasta montar a caballo, cabalgar los horizontes,
Soñar despiertos, amar. Y volar como los pájaros.

Ruedo que rueda la rueda, dándonos todos la mano
riendo, siempre riendo, cantando siempre cantando.

Un día perdí la gracia, el niño que era perdía su encanto.
Ahora digo, Vivir la vida es ser niño, y qué fácil lo olvidamos.

se hace hombre; el niño nos ha dejado;
pero quedan los recuerdos, que a veces nos hacen daño.


Uno vive en la memoria de las cosas que has vivido
Cada niño es una flor que el tiempo la ha deshojado.

Tal vez un día esa flor vuelva a ser flor en su tallo o cuando muera  seré un niño para Dios












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