LA LLAMADA QUE TANTO ESPERE


Interminables horas de paciente espera
esperando la llamada incierta…
Me acostumbre a sentarme después de cada cena
a revolver en mis recuerdos tristes 
y en mis horas muertas,
tu cariño de ayer… y a esperar el repique melodioso
de esas llamadas que tanto prometiste.
Interminables pasan las semanas
y cada vez se distancian paulatinas tus llamadas.
El teléfono agoniza de silencio…
Y el repique, muerto en su campana,
aborta la ilusión de un nuevo encuentro.
El corazón del teléfono se infarta…
Su pulsación esta fría… es cada vez más lenta…
Sigo inquieto esperando que reviva
su latido feliz junto a mi puerta…
Pero es inútil ya.
La voz que espere por días y semanas
junto al agónico teléfono del alma,
hace tiempo
-allá lejos en la distancia que asesina
los afectos-,
lentamente se apagó.
Y poco a poco,
con precisa lentitud muriendo,
el cariño que cultive en mi sueño
agonizo.

AUTOR:
RONALD HERNAN TUTALCHA CHICAIZA

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